Cada tarde, muchos niños se plantan delante de sus libros y cuadernos del colegio para pasar unas cuantas horas delante de ellos realizando tareas que los profesores les han encomendado para practicar en casa lo aprendido en clase. Hay un debate generalizado sobre este tema, ya que algunos profesores abusan de este método, y sumando unas asignaturas y otras los niños acaban pasando toda la tarde haciendo “deberes”.

En la Universidad de Oviedo hay un estudio que determina que lo ideal es una hora de deberes que han de ser realizados sin ayuda de los padres en una edad media de 13 años. Cuanto más pequeños menos deberes y más tiempo de juego, que también es importante para el desarrollo de los niños, y cuanto más mayores, si que pueden pasar más tiempo con tareas y estudiando, aunque nunca en exceso.

Las tardes de los niños deben tener un poco de todo, merienda, juego, tiempo con familiares y amigos y algo de esfuerzo educativo es lo ideal. Los estudios realizados sobre esto indican que los deberes los tienen que hacer solos y que es importante también que desconecten los niños del estudio en su día a día, realizando otras acciones.