La fobia a los peluches

Sí, aunque parezca increíble, hay personas que tienen fobia a los peluches, tanto niños como adultos. ¿A qué se debe? ¿Tiene solución?

Poco se ha estudiado sobre el miedo o la fobia a los peluches. En ocasiones está relacionada con la pediofobia, más propia de las muñecas. El principal temor es que tengan vida y que no se traten de objetos inanimados. Es lo que Sigmun Freud explicó en su obra “Lo siniestro”, señalando el desasosiego que produce aquello que está a medio camino entre lo vivo y lo muerto. De ahí que las muñecas de porcelana, generalmente más realistas, sean las más temidas.

Por lo general, este tipo de fobias tienen más que ver con una mala experiencia, como por ejemplo, una película terrorífica en la que saliera un peluche o algún tipo de percance con uno de ellos. Se han dado casos de bebés que han sufrido accidentes de tráfico con sus peluches y el juguete les recuerda inevitablemente al suceso.

En el caso de los más pequeños, hay que hacerles ver que los peluches son tiernos y divertidos, que no representan ningún peligro. Es menos frecuente en adultos pero también ocurre. Al menos, llegada una edad, se es consciente de que los peluches no suponen una amenaza, aunque la fobia esté ahí.

Fuentes: Muy Interesante, Mundo Psicólogos.

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